A los niños les entusiasma todo lo que sea nuevo y curioso. Aprender otro idioma es un reto que normalmente agrada a todos ellos.
El aprendizaje de un segundo idioma puede empezar desde la cuna y debe empezar de la misma manera que el primero: el primer contacto es auditivo. Al oír un nuevo idioma, el niño aprenderá a conciliar lo que está oyendo con lo que ve, es decir, con el objeto o idea que representa cada palabra, para después establecer un hilo conductor entre ellas, creando un lenguaje que puede interpretar porque lo comprende y le sirve para comunicarse